Los Bolillos
Hubo y hay otros muchos tipos de encaje: de aguja, anudados, ganchillo, punto… pero desde mediados del siglo XVI y, sobre todo, a partir del siglo XVII el encaje de bolillos es una tradición común a todos los países occidentales y de los que recibieron la cultura occidental.
Sobre los orígenes de los bolillos se especula mucho ¿Flandes, Italia o España?
Lo que está claro es que la moda de los encajes de bolillos se extendió rápidamente y su máximo esplendor estuvo en los fabulosos cuellos y puños del siglo XVII. No hay más que ver los cuadros Velázquez para apreciar dos formas diferentes de utilizarlos, unos almidonados y encañonados y otros con su caída natural. En el siglo XVIII y el XIX lo que estaba de moda eran las espléndidas mantillas de blonda, también hechas con bolillos.
En España, hasta los años 50, era costumbre enseñar estas técnicas a las niñas en las propias escuelas, porque se consideraba imprescindible en la educación femenina. En general el aprendizaje se hacía en el propio hogar, heredando los conocimientos y los patrones de madres a hijas. Hay que tener en cuenta que la realización tanto de bordados como de encajes era una actividad generalmente que se hacía en común, un lugar de encuentro y charla para las mujeres, en la calle cuando la temperatura lo permitía.
Por lo que tiene de manualidad, de cultura de nuestros antepasados y tradición común, es por lo que la Casa de Castilla-La Mancha de La Coruña y con la ayuda de Pilar Rivera, nuestra querida socia, se puso en marcha esta actividad hace ya casi tres años y este reportaje aprovechamos para felicitar al todo el grupo de bolilleras de esta Asociación de Castilla-La Mancha.
Con este reportaje de fotos de nuestro grupo de bolilleras, trasmitimos el mensaje de animo para las bolilleras que están trabajando, así como para todas que deseen sumarse al noble y digno aprendizaje de los bolillos.
En la galería de fotos correspondiente, como viene siendo habitual, el resto de instantaneas del reportaje.
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